Descripción
Somos sociales y necesitamos conversar unos con otros. Pero lo más hermoso es que necesitamos y podemos hablar con Dios.
Nos enseña el Vaticano II (GS 19) que “la razón más alta de la dignidad humana consiste en la vocación del hombre a la unión con Dios… Desde el nacimiento el hombre es invitado al diálogo con Dios”.
Pero ¿podría hablar con Dios, si Él mismo no se manifestara?
Él es demasiado grande, infinito.
Nosotros pequeños, limitados.
Pero su amor es tan grande que lo ha hecho cercano:
Leemos en Jeremías (31,3): “Con amor eterno te he amado, por eso he reservado gracia para ti”…
La Palabra de Dios (la Biblia) nos revela al Señor…
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