El Papa invita a hacer memoria y no olvidar la historia que Dios hace con cada uno
Hacer memoria para recordar la “gratuidad” de la salvación es una práctica que deberían realizar todos los cristianos, aseguró el Papa Francisco en la Misa de este jueves en Santa Marta.
Al comentar el Evangelio del día en el que escribas y fariseos se decían justos y Jesús les dice que justo solo es Dios, el Pontífice explicó que echar fuera la comprensión de la “salvación de Dios”, la “revelación de Dios”, el “corazón de Dios”, es grave.
“Se olvida la gratuidad de la salvación, la cercanía de Dios y se olvida la misericordia de Dios” y los que lo hacen “han echado fuera la llave del conocimiento”.
Así, los escribas y fariseos han “olvidado” y llegan a tener “un montón de prescripciones” pero “no reciben la fuerza de la justicia de Dios”.
Pero la ley “es una respuesta al amor gratuito de Dios”, por eso “cuando se olvida la gratuidad de la salvación se cae, se pierde la llave de la inteligencia de la historia de la salvación” y se pierde “el sentido de la cercanía de Dios”.
“Para ellos Dios es el que ha hecho la ley. Y este no es el Dios de la revelación. El Dios de la revelación es Dios que ha comenzado a caminar con nosotros desde Abraham hasta Jesucristo, Dios que camina con su pueblo. Y cuando se pierde esta relación cercana con el Señor, se cae en esta mentalidad obtusa que cree en la autosuficiencia de la salvación con el cumplimiento de la ley”.
Y cuando se pierde esta cercanía con Dios “no se puede enseñar la doctrina” ni “hacer teología”. La cercanía de Dios llega al punto de “Jesucristo resucitado”.
Las obras de misericordia “son la piedra del cumplimiento de la ley” porque es “tocar a Cristo que sufre en una persona, tanto espiritualmente como corporalmente”.
También advirtió de que si se pierde la llave del conocimiento se llega “a la corrupción” y destacó la “responsabilidad” de los pastores en la Iglesiaque cierran “la puerta a nosotros y a los demás”.
“En mi país –contó Francisco– he escuchado muchas veces de párrocos que no bautizan a los hijos de las chicas que han sido madres solteras porque no habían nacido en el matrimonio canónico. Cerraban la puerta, escandalizan al pueblo de Dios, ¿por qué? Porque el corazón de estos párrocos había perdido la llave del conocimiento”.
“Sin ir tan atrás en el tiempo y en el espacio, hace tres meses, en una región, en una ciudad, una madre quería bautizar a su hijo que acababa de nacer, pero ella estaba casada civilmente con un divorciado. El párroco ha dicho: ‘sí, sí, bautizo al niño. Pero tu marido está divorciado. Que se quede fuera, no puede estar presente en la ceremonia’. Esto sucede hoy. Los fariseos, los doctores de la ley no son cosas de aquellos tiempos, si no que hoy también hay tantos casos. Por eso es necesario orar por nuestros pastores. Orar para que no perdamos la llave del conocimiento y no cerremos la puerta a nosotros y a la gente que quiere entrar”.
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